Los
conocimientos científicos permitirán controlar la carpocapsa
con enemigos naturales, reduciendo el uso de insecticidas y el costo para
mantener la sanidad de los nogales. Es un proyecto del Centro Regional
de Investigación y Desarrollo de La Rioja (Crilar / CONICET),
la Universidad Nacional de Catamarca (UNCa)
y la Universidad de
California (EE.UU.).
Polilla vs. nueces
La demanda del mercado interno supera la oferta de la producción
nogalera argentina, concentrada en Catamarca y La Rioja, pero tal producción
se ve afectada por la polilla del nogal (“carpocapsa”) que destruye casi
un 50% de los frutos. Este insecto -una mariposa nocturna- es la plaga
más seria para manzanas, peras, nueces y membrillo. La polilla
duerme su sueño invernal en forma de gusano protegido en un capullo
que tejió durante el otoño en las grietas del tronco del
árbol que atacó a fines del verano. Luego, empupa, se transforma
en polilla adulta y la hembra fecundada depositará sus huevos en
los frutales donde se estableció. Al daño lo causa el gusano
de la polilla al alimentarse de las semillas de las frutas, a las que
llega abriendo un túnel que las descalifica para su venta. Hasta
hace poco tiempo, la única solución para controlar esta
plaga eran los insecticidas, pero pronto, por diversas razones, los productores
recurrirán al control biológico (CB).
En qué consiste
Los insectos que se alimentan de plantas tienen entre 6 y 10 especies
diferentes de enemigos naturales (predadores; parasitoides) que se alimentan
de ellos y mantienen bajas las poblaciones. El problema surge cuando esos
insectos llegan a regiones carentes de controladores naturales, donde
se multiplican hasta convertirse en plagas. La investigación en
la metodología del CB se centra en la búsqueda de los enemigos
naturales en el lugar de origen de la plaga (para la carpocapsa, es Asia
Central) para luego importarlos a los lugares donde ésta causa
problemas, y de esa forma restablecer el balance natural. Cuando es exitosa,
esta metodología no contaminante posee una relación Beneficios/Gastos
de 36:1; en cambio, con los insecticidas, esa relación es de 3:1.
Sin embargo, este método no puede por sí solo solucionar
el problema; lo reduce al disminuir la abundancia de la plaga, y se complementa
con menores aplicaciones de controles químicos. En California ya
usan una avispa parasítica (Mastrus ridibundus) para controlar
la carpocapsa y está dando resultados excelentes, ya que mata hasta
el 70% de las polillas. También se experimenta con la especie Microdus
rufipes.
Otros métodos:
la “confusión” y la Técnica del Insecto Estéril (TIE)
El primero recurre a feromonas sintéticas, que atraen a los machos
a lugares donde no hay hembras. Así se inhibe el apareamiento y
se reduce la población, pero es muy costoso. El segundo consiste
en criar millones de individuos de carpocapsa, irradiar los machos hasta
esterilizarlos y liberarlos. Al ser mucho más numerosos que los
machos silvestres, los estériles se aparearán con más
posibilidades con las hembras silvestres, que no tendrán descendencia.
Con varias liberaciones masivas suele erradicarse la plaga.
En nuestro país
La carpocapsa se controla con insecticidas, pero en Río Negro se
trata de implementar la “confusión” y en Mendoza la TIE. Sin embargo,
para las altas densidades actuales de la plaga, un proyecto de control
efectivo deberá incluir la importación de las dos especies
de avispas mencionadas. El Dr. Nicholas Mills, de California-Berkeley,
líder del proyecto, ha ofrecido enviarles las avispas y la información
a investigadores del Crilar / CONICET
-en forma gratuita-. Por lo tanto, el CB de la carpocapsa será
viable.
En base a investigaciones
de parasitismo sobre la carpocapsa publicadas por la UNCa,
investigadores del Crilar / CONICET
iniciaron estudios y comprobaron la inexistencia de enemigos naturales
y la existencia de otros insectos que, además de la carpocapsa,
atacan las nueces. Los gobiernos catamarqueño y riojano, junto
con las instituciones citadas y la Cámara Nogalera de Chilecito,
han decidido ejecutar un programa de CB, al que se sumarían Río
Negro y Mendoza. Se abre camino así a la posibilidad de mejorar
la sanidad del nogal y de llegar a un manejo ecológico y económico
integrado.
Fuente: CONICET;
Selección y adaptación: Lic. Enrique A. Rabe (ACS
/ Ceride - Conicet).
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