LA CAPA DE OZONO EN LA MIRA DEL CADIC *


El Centro Austral de Investigaciones Científicas -CADIC-, dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas -CONICET-, y ubicado cerca de Ushuaia (Tierra del Fuego), realiza el seguimiento del Adelgazamiento de la Capa de Ozono.

No está demás recordar que la Tierra está rodeada por una masa de aire denominada Atmósfera, compuesta por la mezcla de distintos gases y dividida en las siguientes capas (desde la superficie terrestre hacia el espacio exterior): Tropósfera, Estratósfera, Mesósfera y Termósfera. El Ozono se halla en casi su totalidad en la Estratósfera, y, si bien a nivel del suelo es venenoso, el que está presente en la Estratósfera es imprescindible.

Su importancia reside en que hace posible la vida sobre la Tierra, pues atenúa ciertas componentes de la radiación solar que son perjudiciales para los seres vivos. La concentración de ozono no es homogénea en toda la superficie terrestre, ya que existe una marcada variación con la latitud, es decir, según nos movemos desde el Ecuador hacia los Polos.

Los valores de concentración de ozono en el planeta varían entre 230 y 500 UD (unidad de medida), con un promedio mundial de 300 UD; en tanto, la cantidad del mismo varía entre el día y la noche y con la estación del año, siendo máxima en primavera y mínima en otoño. Esta variación estacional es más marcada cerca de los Polos que del Ecuador.

El ozono absorbe la radiación solar ultravioleta B (UV-B), impidiendo que llegue a la superficie terrestre. Por lo tanto, la concentración de ozono y la UV-B están inversamente relacionadas:
a una disminución en la concentración de ozono le corresponde un incremento en la radiación UV-B a nivel del suelo. La radiación UV que llega al citado nivel también varía con la época del año y la posición geográfica, siendo más fuerte en verano que en invierno y en los lugares más cercanos al Ecuador que cerca de los Polos.

Además, se debe considerar no sólo la radiación directa (la proveniente de la Atmósfera) sino también la que es reflejada sobre la superficie terrestre; esto es muy importante cuando se habla de radiación UV. El porcentaje de la radiación que se refleja varía fuertemente según la superficie sobre la que incida (agua, tierra, césped, arena).

Igualmente, el efecto de las nubes es, por lo general, el de atenuar la radiación. Cuando el cielo está uniformemente cubierto ello es realmente así. Empero, cuando hay nubes y claros, el resultado final puede ser que la cantidad de radiación presente sea finalmente mayor que la que habría con el cielo totalmente despejado.

En los últimos años se ha observado una disminución en la concentración de ozono debida a la acción de los compuestos denominados halocarbonos (gases producidos por el hombre, que contienen carbono y halógenos -Flúor, Cromo y Bromo-). De ellos, los más comunes son los CFC (Cloroflúorcarbonados).

Asimismo, por una parte, existe una Disminución Global de la Concentración de Ozono, que es de alrededor del 5 % por década, y no es uniforme en todo el Planeta ni a lo largo del año. Es mayor en las regiones cercanas a los Polos y casi no hay variación en las regiones tropicales. Además, es mayor en invierno y primavera que en verano.

Y, por otra parte, hay una pronunciada disminución, de más del 50 %, en la concentración de ozono sobre la Antártida y zonas vecinas, que comienza a fines del invierno y se prolonga durante la primavera, y que se denomina "Agujero de Ozono". Este último fenómeno consiste en la destrucción de un alto porcentaje del ozono estratosférico en el término de pocos días. Finalizada la primavera, los niveles de concentración de ozono vuelven a valores casi normales.

Ya en los años '70, los Dres. Sherwood Rowland y Mario Molina (ambos, junto con el Dr. Paul Crutzen, Premios Nobel de Química 1995) habían alertado sobre el daño que los CFC podían causar a la capa de ozono, pero recién al descubrirse el "Agujero de Ozono" comenzaron a tomarse medidas al respecto.

El "Agujero" fue detectado por un grupo liderado por el Dr. Joseph Farman, del British Antarctic Survey, quienes en 1985 informaron sobre una gran disminución en la concentración de ozono durante la primavera, sobre la Base Antártica de Halley Bay. Sus afirmaciones fueron luego confirmadas por otros grupos, incluyendo las mediciones satelitales que la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, de EE.UU.), realizaba a través de los equipos TOMS instalados en el satélite Nimbus-7.

El nombre de "Agujero..." se debe a que, en el mapa obtenido por el satélite, se ve una zona negra sobre la Antártida, formada por las concentraciones inferiores a 180 UD, las que habían sido descartadas porque se las creyó incorrectas.

En 1987, la NASA, con otras instituciones y universidades de EE.UU., organizó una expedición desde Punta Arenas (Chile) para determinar el alcance y causas del fenómeno. Esta campaña confirmó la existencia del Agujero y su relación con la presencia de los CFC.

A causa de los resultados mencionados, la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU. (NSF) decidió instalar una red de espectrorradímetros para el seguimiento de la radiación UV. Por un convenio de cooperación entre la NSF y el CONICET, el CADIC cuenta, desde 1988, con un espectrorradímetro que, junto con tres instalados en la Antártida (Polo Sur, Mc Murdo y Palmer), y dos en EE.UU. (Alaska y San Diego), forman parte del Programa Polar de la NSF para la medición de la radiación UV, a fin de documentar las consecuencias de la disminución de ozono estratosférico.

Esos aparatos miden la radiación solar directa y difusa a nivel del suelo, barriendo el espectro Ultravioleta y Visible. Las mediciones se realizan todo el año, cada hora, durante las horas de luz solar. Las investigaciones, hasta ahora, muestran que, durante la primavera, Ushuaia se halla bajo el influjo del Agujero de Ozono, observándose algunos días en que la concentración de ozono llega a ser el 50 % de la normal para la época. También durante el verano, en ciertos días hay una leve disminución en la concentración, la cual se debería al pasaje de masas de aire antártico con bajo contenido de ozono, luego de la ruptura del vértice.

Sin embargo, el análisis de la radiación solar muestra que ésta, en Ushuaia, nunca supera los valores normales para Buenos Aires, al mediodía, en verano.

Finalmente, con el Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial de España, se ha instalado, en 1994, otro equipo que permite conocer la concentración de ozono y de dióxido de nitrógeno, para ampliar las investigaciones ya realizadas.

* Por Susana B. Díaz -CADIC-.

(C) CADIC - CERIDE -

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